A Nacho Borges se le abren las puertas de par en par. Las de los portales que recorre diariamente, y las de un estrellato televisivo que ha pillado por sorpresa a más de uno. Incluidos sus más allegados, que no sabían nada del salto a la pequeña pantalla de este distribuidor de publicidad trotamundos. Su llave maestra es el catálogo de IKEA que estos días reparte por Madrid. Carismático, cercano y tirando de la misma simpatía que hace gala en el anuncio, nos cuenta como fue la experiencia de grabar para IKEA y reflexiona sobre su trayectoria profesional en el sector del buzoneo.
¿Cómo surgió la oportunidad de protagonizar la nueva campaña publicitaria de IKEA?
Todo nace de una propuesta de IKEA para hacer un casting entre los colaboradores de Geobuzón que sirviera para encontrar al protagonista del anuncio del catálogo 2016. Personalmente me pareció buena idea que quisieran dar a conocer nuestro trabajo y por eso me apunté. En total nos presentamos ocho personas, y tuve la suerte de ser el elegido.
¿Por qué crees que te seleccionaron?
Pues si te digo la verdad, yo creo que la ventaja que tuve respecto a los demás es que soy rubio y de ojos azules. Que tengo, por así decirlo, más pinta de sueco [risas]. Además hay que tener en cuenta que IKEA buscaba repartidores, y muchos de los que se presentaron al casting no eran solo repartidores de diario, sino jefes de equipo. También fue un punto a favor no haber hecho nunca nada en cine o televisión, porque querían a alguien sin experiencia.
¿Qué fue lo mejor del rodaje? ¿Con qué te quedas?
Lo que más me gustó fue el trato que me dio la gente de la productora. Fueron muy pacientes conmigo. A la hora de rodar estaba súper nervioso, había ciertas secuencias que a mí me parecían que me estaban costando mucho, sin embargo ellos me decían que era normal, y que para ser la primera vez lo estaba haciendo realmente bien.
¿Cómo está siendo la repercusión? ¿Notas que se te abren más puertas ahora que antes?
Ya lo creo. Mira, hoy mismo mientras estaba haciendo un frente de portales, diez o doce personas que estaban sentadas en la terraza de un bar me han oído decir: “¡Catálogo de IKEA, me puedes abrir!” Y ya han empezado a comentar: “¡Anda mira, como el del anuncio!”. Mi jefe de equipo que les ha oído, les ha respondido: “No, si es que ese que ha entrado en el portal es el del anuncio”. Ellos no se lo creían. Cuando ya he salido de repartir los catálogos y me han visto bien, ya han terminado de creérselo, y han comentado: “¡Pues es verdad, dice lo mismo que en el anuncio y le abren todas las puertas!” [Risas].
¿Qué opina tu familia y tus amigos ahora que te conocen en toda España?
Los que me conocen se han quedado sorprendidos porque no se esperaban que fuera a salir por televisión. No se lo había dicho a propósito. Solo lo sabían los de la empresa. Mi novia ahora dice que la gente me va a parar por la calle, que van a querer sacarse fotos conmigo, que las chicas se me van a acercar más… [Risas] Eso es lo que ella dice, pero lo cierto es que si yo antes en Madrid ya era conocido como repartidor, ahora lo voy a ser más.
¿Volverías a repetir la experiencia?
Sí, sí la repetiría. Eso también se lo comenté al director Miguel Bueno. Que es un director español bastante reconocido. Él mismo me dijo: “Tú tienes dotes de actor”. Y le contesté: “Pues no estaría mal que me volvierais a llamar para más proyectos”. Así que nunca se sabe… Estoy abierto a todo.
¿Cuándo empezaste en esto del buzoneo?
En marzo se cumplieron tres años desde que estoy trabajando en Geobuzón, aunque antes, en mi país, Portugal, estuve seis meses en la sede que tiene ahí Mediapost. También he trabajado en SEUR, y luego siempre me ha gustado aprender un poco de cada oficio. Desde los 16 años que llevo trabajando he pasado por empresas de todo tipo: montaje de estructuras, fabricación de cervezas, venta de seguros…
¿Te gusta tu trabajo?
Sí, me gusta ser cartero comercial. La única pequeña pega es el pique con los vecinos. Que uno lo quiere, que el otro no lo quiere. Esas pequeñas cosas hacen que este trabajo sea interesante. Si realmente fuera llegar a todos los sitios y entrar a la primera, sería a aburrido, ¿no?
Cuando llamo a los telefonillos podría decir simplemente “cartero” para que me abriesen; pero no, yo desde el primer día digo “cartero comercial”. Y te puedo confesar que logro acceder al 80% de los portales así. Superar ese reto es, sin duda, lo más gratificante de este trabajo.
¿Por qué crees que las empresas siguen apostando por el buzoneo? ¿Crees que es un medio eficaz para promocionarse?
Hombre, realmente el buzoneo permite que el cliente, aunque luego vaya a tirar la publicidad, siempre la mire. En cambio, si te publicitas por Internet solo vas a aparecer con determinadas búsquedas. Es decir, el buzoneo llega a más gente, y esa es la ventaja que pueden aprovechar las empresas sobre otras formas de publicidad.
En todos estos años como repartidor de publicidad… ¿Con qué anécdota te quedas?
En este trabajo tienes que tener mucho cuidado en las zonas de chalés… Precisamente en la campaña de IKEA del año pasado, fui a introducir un catálogo a través de la puerta de un chalé donde estaba ubicado el buzón, y justo en el momento en el que el catálogo asomó por el otro lado de la puerta, un rottweiler me arrancó el catálogo de la mano. Por poco me lleva los dedos. ¡Fue un buen susto!